Proceso de arbitraje para la publicación en una prestigiosa revista, a través de un intercambio de correos electrónicos

Rosa Patricia Quintero Barrera

Este relato es ficticio, de un intercambio de correos electrónicos, entre Lluvia del Trópico que decide aceptar la invitación del Equipo Editorial de la revista “Somos los más” para presentar su ensayo titulado “¿Cómo salir exitoso en la evaluación editorial de una prestigiosa publicación académica?”. Con la investigadora interlocutan: Raimundo de Las Pléyades, Director Editorial; Estrella Plus Recontramillennial, Asistente editorial y Faustino de la Espriella, Asistente de la Asistente Editorial.

— Estimada Lluvia del Trópico, el Equipo Editorial de la revista «Somos los más» la invita a participar en la convocatoria de artículos de investigación acerca de la publicación y del proceso editorial, para el Vol. 22 Nº1 de 2020. Adjuntamos las bases de la convocatoria en este correo. Atentamente, Raimundo de Las Pléyades, Director Editorial.

Lluvia del Trópico ya tenía listo un ensayo sobre ese tema, ya que correspondía a su área de investigación. Reestructuró su escrito de acuerdo a los términos de la convocatoria y les envió su texto por correo electrónico, para someterse al arbitraje de la Revista «Somos los más». Al no recibir respuesta:

— Apreciado ​Raimundo de Las Pléyades, espero que se encuentre muy bien. Le escribo para preguntarle por el resultado de la evaluación de mi ensayo «¿Cómo salir exitoso en la evaluación editorial de una prestigiosa publicación académica?”, que presenté a la Revista «Somos los más». Muchas gracias por su respuesta.

— Estimada Lluvia del Trópico, su artículo aún se encuentra en proceso de evaluación por parte de pares. Esperamos que a más tardar en diez días le podamos comunicar un resultado del proceso de evaluación. Seguimos en contacto.

A los treinta días, por fin llegó la respuesta:

— Estimada Lluvia del Trópico, agradecemos la confianza depositada en la Revista «Somos los más» al proponer su artículo. De igual manera, le comentamos que el proceso de evaluación interna ha concluido, afianzando el siguiente veredicto:

a. La publicación de la Revista «Somos los más» en este momento fija su atención en la predilección de artículos que dialoguen la teoría con la experiencia de campo. Su ensayo no profundiza ni en lo uno, ni en lo otro.

b. Debió contar con otros referentes empíricos, aquellos en los que sustenta su trabajo de campo no los consideramos adecuados. Lo mismo ocurre con sus recursos teóricos y metódicos. Su análisis funcionalista, sí llegara a serlo, lo evaluamos como obsoleto.

c. El resumen propuesto no da cuenta del desarrollo real del texto.

d. Sí el resumen está mal, el abstract también. De paso las keywords debe ajustarlas.

e. Con respecto al breve análisis histórico que presenta, tampoco corresponde. En atención a nuestra infinita generosidad y con el ánimo de que mejore su escrito, le adjuntamos al presente correo electrónico, treinta archivos (libros, ensayos y algunas enciclopedias); con el fin de que los estudie concienzudamente y los incluya en su intento de análisis. En lo posible, pero insistimos en ello, recalque en la citación de nuestros propios textos, que seguramente le darán las luces que usted necesita en su «ensayo». Cabe anotar, que este aspecto lo revisaremos con lupa en el archivo que nos retorne.

f. Usted utiliza el concepto de escritura científica sin darle un cuerpo teórico que lo sustente y lo enmarque en la discusión del artículo. Es decir, usted no dice nada.

g. Por último, nos parece inadecuado su análisis acerca de los procesos de arbitraje por parte de las Revistas académicas. Precisamente, aquello que caracteriza al sistema de evaluación editorial en el país es nuestra insistencia en apoyar la investigación y su divulgación, especialmente de los colegas amigos nuestros; lamentamos que usted no forma parte de nuestro exclusivo grupo «La rosca de la alteridad» avalado por Colciencias.

h. Olvidamos decirle que su texto presenta: redundancias, cacofonías, extensión de citas y epígrafes, está mal redactado; y la referenciación según el manual de estilo de la Universidad de Chicago, tampoco aplica.

Por los anteriores motivos, creemos que el artículo no cumple a cabalidad con los requerimientos del dossier «publicación de artículos y del proceso editorial». De nuevo, agradecemos su colaboración y esperamos contar con usted para una próxima ocasión. Cordialmente, Estrella Plus Recontramillennial, Asistente editorial.

— Apreciada Estrella Plus Recontramillennial, agradezco mucho su respuesta y encuentro muy interesantes y oportunas las sugerencias, por supuesto las tendré en cuenta. De nuevo, le agradezco su tiempo y me complace formar parte de este riguroso proceso de evaluación. Qué tenga una buena tarde.

Entonces Lluvia del Trópico se dedicó a estudiar la bibliografía recomendada para revisar su propia disertación y realizar los debidos contrastes argumentativos. Envió su nueva versión, y al paso de los días:

— Estimada Lluvia del Trópico, lamento la demora en dar respuesta a su correo. Hemos recibido su nuevo texto, que la verdad nos dejó perplejos, más que en su primer envío. Ahora decidió incluir unas referencias bibliográficas que no sabemos de dónde las sacó. Notamos que nos cita repetidamente, desdibuja y malinterpreta nuestros sorprendentes hallazgos científicos sobre el tema. Es más, diríamos que usted nos involucra en chismes. Por favor, no nos quite más tiempo. Su «ensayo» es rechazado absolutamente por la Revista «Somos los más». Ahhh, y aprovechamos para decirle que pronto cambiaremos de nombre, en breve nos encontrará  por «Revista de los Excelsos de la Neo-Ilustración Poscolonial». Con respecto a la posibilidad de presentar de nuevo su investigación, existe la oportunidad de acomodarlo a la temática de la siguiente convocatoria: «Enredos y trabas editoriales». Esta convocatoria ya cerró, pero recibimos artículos hasta finales de agosto. Adjunto la propuesta de la convocatoria para que considere su interés. Cordial saludo, Estrella Plus Recontramillennial, Asistente Editorial.

— Apreciada Estrella Plus Recontramillennial, recibí con mucho gusto y disposición académica las dos evaluaciones de los pares, las estudié con detenimiento y ajusté mi ensayo de acuerdo a las sugerencias que estimé pertinente para mi artículo; porque como autora de ese escrito tengo autonomía en las fuentes bibliográficas y en los ejes analíticos, igual que cualquier autor. Mi escrito es original, producto de mi experiencia y del análisis juicioso de los autores que tuve a bien examinar. Entiendo que en el ejercicio académico se tiene libertad para dialogar teóricamente con los autores que se considere adecuado; que no se trata de citar por citar, sino de exponer unos argumentos que para quien escribe en principio tienen relevancia, y que sean claros para quien lee.

Es obvio, que todos los análisis pueden ser complementados, eso es inobjetable. Ninguna obra está terminada, siempre queda algo por decir, precisamente ese es el ejercicio intelectual y académico. Desarrollar algunos de los aspectos que ustedes recomiendan, amerita otro ensayo y quizá a dos manos, con un ingeniero mecánico cibernético. Mi escrito es un ensayo, parte de una investigación -como todos los ensayos-, o de dónde resulta un ensayo. El estudio antropológico es muy solvente, ¿desde cuándo el hecho de no enfatizar en la etnografía al estilo de Malinowski desvalida el desarrollo de un ensayo? En fin, no me alargo más. No dejo de desconcertarme con su proceso de arbitraje. Sí bien no es de su interés considerar mi ensayo, no es necesario minimizar mi análisis de semejante modo. Saludos.

— Estimada Lluvia del Trópico, agradecemos su participación en la convocatoria de artículos de investigación para la edición Vol. 22 Nº 1 de 2020 de la Revista «Somos los más». Hemos seguido el proceso editorial de evaluación de su artículo, y aunque consideramos que sus aportes investigativos son significativas, el texto aún requiere de varias revisiones importantes. Si decide no acoger las observaciones y sugerencias, tanto de los pares como del equipo editorial, comprenderemos y lamentaremos el retiro de su artículo de la revista. Esperamos poder contar con su participación en una próxima ocasión. Cordial saludo, Faustino de la Espriella, Asistente de la Asistente Editorial.

«¿En qué momento nace verdaderamente un libro? ¿Al ser concebido? ¿Cuando se escribe? ¿Al publicarse? ¿O más bien, sólo hasta el final de su sendero, cuando el lector lo descubre, lo lee y se reconoce en él? Eligio García Márquez

Del anterior relato, queda claro que los procesos para divulgar los resultados de una investigación, no son sencillos ni halagadores. Que también la interpretación y la vivencia del suceso depende desde dónde se mire: Quien escribe, generalmente lo hace a solas, interlocuta con sus hallazgos empíricos, sus maneras de abstraer, de relacionar la teoría; además de sus filiaciones institucionales, sus capacidades de escritura y de análisis crítico. Quienes evalúan, son expertos de acuerdo a los componentes de un proceso editorial y a los intereses de las instituciones académicas que los avalan. Contamos con muchos manuales para redactar y publicar, pero entre leer uno de ellos, o asistir a un curso, y llevar a la práctica sus enseñanzas, existe una enorme brecha.

Como canta Joan Manuel Serrat, caminante, no hay camino, se hace camino al andar, se aprende a escribir, escribiendo; y a publicar, publicando. No aporta mucho asumir un rol de reclamo o de beligerancia con los cuerpos editoriales, ya que quien somete su producción intelectual al arbitraje editorial está, justamente eso -sometido- a los resultados de las evaluaciones de los pares. Lo importante es obtener provecho de los fracasos, volver a revisar las sugerencias de los expertos que han asumido el papel de evaluadores, por remisión de los consejos editoriales de las revistas. Lo más razonable sería analizar los ejes argumentativos, rehacer el escrito; quizá presentarlo a otra publicación. Pero, no morir en el intento, ni dejarse apabullar; menos suicidarse en el árido campo de la escritura y de la publicación. Al contrario, volverlo a intentar. Nadie se las sabe todas. El ejercicio académico se sustenta en la permanente construcción y deconstrucción como diría Derrida.

«¿Funciona realmente el sistema de arbitraje? Según Bishop (1984), «la respuesta a esta pregunta es un resonante ¡sí! Todos los directores, y la mayoría de los autores, dirán que sería difícil encontrar algún trabajo publicado que no haya mejorado, a menudo considerablemente, como consecuencia de las enmiendas sugeridas por los árbitros»» ( Citado en, Day, 2005, P. 117).

Aunque como lo señala Lluvia del Trópico en su última comunicación: Entiendo que en el ejercicio académico se tiene libertad para dialogar teóricamente con los autores que se considere pertinente; que no se trata de citar por citar, sino de exponer unos argumentos que para quien escribe en principio tienen relevancia, y que sean claros para quien lee, los evaluadores deben partir del mismo punto de fuga analítico que se propuso el autor evaluado y propender porque el escrito mejore en sí mismo. No exponerlo a otro ámbito de discusión, que tal vez daría para construir otro ensayo. No olvidar la deontología inherente a las publicaciones, dar espacio a que investigadores que no forman parte de su propio circulo de amigos y de sus universidades, puedan divulgar sus resultados de investigación; por supuesto, en el caso de que el texto aplique a los términos de la convocatoria. En algunos casos el artículo es medido por el tamiz de la bibliografía, ya lo señaló Gabriel Zaid (2005) «Cítame, que yo te citaré: éste parece ser uno de los mandamiento centrales de la colmena intelectual, cada vez más parecida a un intrincado laberinto de citas infinitas». En el gremio académico prima la competencia, la adulación, el egocentrismo, el intercambio de beneficios. Es necesario evidenciar el producto del propio capital cultural, para representarse en las fronteras sociales, es una cosificación del intelecto y de la innovación investigativa para estar acorde a las jerarquías de Colciencias y a las exigencias de las instituciones educativas.

«El ensayo no es un artículo, ni una meditación, ni una reseña bibliográfica, ni unas memorias, ni una disquisición, ni una diatriba, ni un chiste malo pero largo, ni un monólogo, ni un relato de viajes, ni una seguidilla de aforismos, ni una elegía, ni un reportaje, ni… No, un ensayo puede ser cualquiera o varios de los anteriores» Susan Sontag

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Referencias

Day, Robert A. (2005). Cómo escribir y publicar trabajos científicos. Washington: Publicación Científica y Técnica No.598.

Sontag, Susan. (1997). El hijo pródigo. Revista El Malpensante enero-febrero. Bogotá.

Zaid, Gabriel. (2005). Nota al pie de las notas al pie. Revista El Malpensante Nº 62. Bogotá.

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