Actividades de evaluación en ambientes virtuales: foro, tarea y cuestionario

Rosa Patricia Quintero Barrera

La evaluación cualquiera que sea el tipo que se emplee, no deja de inquietar al profesor y al estudiante. Se convierte en un escenario experimental para el primero, en el que recrea variedad de posibilidades; desde las exigencias memorísticas que den respuesta de cantidades de información recordadas temporalmente (como los cuestionarios de respuestas únicas), hasta ejercicios de análisis y de construcción de posibles unidades de estudio. Según Hernández las evaluaciones “no dejan de ser subjetivas por parte de los profesores por más buenas intenciones que tengan” (Hernández, 1996, p. 149).
En ese sentido, la evaluación formativa permite hacer un seguimiento y mejoramiento del aprendizaje del estudiante a lo largo de la profundización de los temas en el transcurso de los cursos. En algunas asignaturas el empleo de mapas conceptuales, mentefactos, ensayos y varias modalidades de discusión en clase como foros y talleres contribuyen a valorar altamente la construcción del conocimiento en el escenario de la clase. Ya que los profesores- sin querer- podemos contribuir a “subalimentar” como plantea Rafael Flórez la mente de nuestros estudiantes, impidiéndoles pensar más allá y constriñendo sus estructuras analíticas acerca de la complejidad de los sistemas humanos.

También resultan útiles los ensayos que posibilitan construir una pregunta o conjetura con un debido grado de complejidad que amerite un análisis argumentativo. Al respecto, la prolífera escritora Susan Sontag (1997) sostiene que: “El ensayo no es un artículo, ni una meditación, ni una reseña bibliográfica, ni unas memorias, ni una disquisición, ni una diatriba, ni un chiste malo pero largo, ni un monólogo, ni un relato de viajes, ni una seguidilla de aforismos, ni una elegía, ni un reportaje, ni… No, un ensayo puede ser cualquiera o varios de los anteriores”.
Por último, es importante que se sostenga un diálogo continuo entre el tutor y los estudiantes, en el caso de la educación virtual, por medio de la resolución de dudas en el foro de preguntas y por correo electrónico. De lo contrario, el estudiante termina tratando de aprender a tientas, y si bien el auto-aprendizaje es de lo más importante en cualquier formación, la idea de estar en un curso es contar con una guía. En el ambiente presencial, ese papel lo cumple el profesor a través de las clases magistrales que van tomando cursos argumentativos a partir de las preguntas e intervenciones de los estudiantes. Mientras que en la virtualidad, sí el tutor no aparece, solo quedan unos materiales estáticos a la libre interpretación. A continuación un cuadro comparativo entre el foro, la tarea y el cuestionario:

Bibliografía

Bravo, A., Enríquez, J. y Ordoñez, F. (2020). Evaluación en un ambiente virtual de aprendizaje. Ruta de Formación virtual Unimayor. Popayán: Institución Universitaria Colegio Mayor del Cauca.
Flórez, R. Hacia una pedagogía del conocimiento. Bogotá: Mc Graw Hill, 1994.
Hernández Díaz, F. Metodología del estudio. Cómo estudiar con rapidez y eficacia. Bogotá: Mc Graw Hill,
1996.

2 comentarios en “Actividades de evaluación en ambientes virtuales: foro, tarea y cuestionario

  1. Foro, tarea y cuestionario son términos muy familiares en la nueva forma de desarrollar el proceso educativo. Antes estábamos en aulas interactuando cara-cara con nuestros estudiantes, ahora son clases remotas con nuestros propios recursos de internet, Personalmente usé estos tres recursos: Foro, tarea y cuestionario en el primer semestre de la pandemia, demoré algún delta de tiempo en aprender a manejar la plataforma de la universidad en las rutinas de como enviar y recibir mensajes de mis estudiantes a través del foro, solo me funcionó en una dirección: docente-estudiante, no logré interacción entre estudiantes. En cuanto a las tareas aprendí como programarlas y siempre era necesario ampliar plazos de entrega, ya que los estudiantes siempre tenían excusas para incumplir. Los posibles cuestionarios de la plataforma los usé poco, ya que este recurso se «caía» y para los estudiantes les resultaba imposible ubicar sus actividades dentro de este sistema y para uno como docente era muy demorado programar la labor, en consecuencia resultaba muy difícil usar este recurso. Para el segundo semestre de las clases remotas, se complicó aún más la situación ya que la plataforma dejó de funcionar, y las clases debían continuar. En conclusión los términos foro, tarea y cuestionario se desdibujan cuando los recursos universitarios no funcionan y es necesario seguir las rutinas de clase solo con video-llamada y el recurso del correo electrónico. Llega el momento en que uno como docente se desgasta tanto que resulta muy pesado ensayar otros recursos didácticos que están a nuestro alcance en la red. Ni que decir de los estudiantes que toman en promedio seis asignaturas, y cada profesor debe interactuar con ellos como «pueda»,
    No obstante es necesario seguir explorando estos nuevos escenarios, aprovechar el tiempo inter-semestral para planear el uso de plataformas alternas a las que ofrece la universidad y así empezar a navegar en el nuevo mar de posibilidades enseñanza-aprendizaje. Es claro que ahora sí, el sistema educativo ha empezado a evolucionar hacia la virtualización, y quien no se suba en este barco se quedará rezagado y nadie le dará una mano.
    Querida Patty, gracias por compartir en tu entrada ese cuadro comparativo entre el foro, tarea y cuestionario; resulta ser una información de primera mano para continuar en el proceso de aprender a utilizar estos recursos en nuestras clases.
    Te envío un fuerte abrazo desde la muy fría ciudad de Bogotá.

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