La soledad en “Cien años de soledad”  

 

Francisco Alfonso Chávez Enriquez

Revista Semana. Edición de Colección. Gabo 1927-2014.
Revista Semana. Edición de Colección. Gabo 1927-2014.

En un libro que transcurre entre un centenar de vivencias de un pueblo nacido de la necesidad, el destino es encontrarse con la muerte en sus páginas, y aunque la muerte no es el equivalente a la soledad, en esta obra de Gabriel García Márquez, la soledad marca muchas veces el destino de una muerte predestinada.

El relato de la familia Buendía es un enredo, envuelto en felicidades efímeras, propósitos fallidos y relaciones confusas. Donde al inicio nada es lo que parece, pero al final todo es una repetición.

La familia lo es todo en Macondo. Amor como el que surgió entre José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, que daría el nacimiento a una estirpe destinada a amarse más de la cuenta. Odio como el que tuvo Amaranta a Rebeca, tan intenso que en su corazón no dejaba espacio para más. Recuerdos que permiten creer que la familia Buendía vivió más en su pasado que en su presente, y por supuesto, la soledad. La soledad es la culpa, así como la culpa por cargar con un muerto encima, forzó a José Arcadio Buendía a marcharse de Rioacha para ser el fundador de Macondo.

La soledad es el olvido, como el pueblo de Macondo que estuvo a punto de desaparecer por la peste del olvido, en donde el mismo José Arcadio se vio forzado a nombrar a las cosas con notas para no desconocer sus significados, como Rebeca cuando en su aislamiento llevó a los demás a pensar que había muerto, pero aún respiraba en una casa donde la tragedia nunca dejó el ambiente y en diferente manera la soledad fue el olvido para Úrsula, cuando no pudo encargarse más de la familia por culpa de los estragos de la vejez.

La soledad es también causada por el desamor. Pietro Crespi fue una víctima del amor y de su propia debilidad en el momento que fue rechazado por Amaranta, la que a su vez fue una de las que más sufrió por la soledad en la familia Buendía, su sufrimiento, tiene unas bases tan confusas que ella sólo lo resolvería en el lecho de su muerte. Pero, quien quedaría tan devastada por el desamor, tanto como para desconocer a su hijo y no volver a pronunciar una palabra en su vida fue Renata Remedios, quien al perder a Mauricio Babilonia sufrió una ruptura irreparable de su alma.

La soledad es un recuerdo, así como en los momentos en los que para José Arcadio Buendía los días no eran diferentes el hoy del ayer, los recuerdos supusieron un alivio que para los ojos de los demás lo llevaron a una irremediable locura.

La soledad también es la revolución, así como el coronel Aureliano que libraría 32 guerras civiles, para al final convertirse en un despojo de la guerra, lo fue también para José Arcadio Segundo que presenció incontables muertes, en una lucha que sería olvidada por la historia.

La soledad es una causa en la búsqueda de conocimiento, como la tribu de Melquíades que se dijo, desapareció de la faz de la tierra debido a su enorme conocimiento. Como en el tiempo en que Aureliano Babilonia pasó descifrando unos pergaminos que no depararían en ningún momento su destino, en lugar de esto, descifrar los pergaminos sólo sería uno más de los propósitos sin sentido de la familia Buendía.

Pero extrañamente, para algunos, la soledad sería un paraíso.

 

Bibliografía

García-Márquez, G. (2014). [1967]. Cien años de soledad. Bogotá: Grupo Editorial Norma.


Gratitud a Francisco Alfonso Chávez,

estudiante de segundo semestre de la asignatura Técnicas de investigación (Carrera de Diseño Visual, Facultad de Arte y Diseño, Institución Universitaria Colegio Mayor del Cauca, Primer semestre, 2018).

 

 

 

 

 

 

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