Día del libro

Por: Rosa Patricia Quintero Barrera

«Estos amigos -y [Drácula] pasó la mano por varios de sus libros- han sido buenos compañeros míos, y durante varios años, desde que tuve la idea de ir a Londres, me han proporcionado muchas, muchas horas placenteras. Gracias a ellos he llegado a conocer vuestra gran Inglaterra, y conocerla es amarla» (Stoker, 2012, p. 51).

Libros extensos y cortos. Libros de autores vivos y difuntos (cuya obra se niega a dejar de ser vigente). Libros impresos y digitales. Libros en versiones originales y piratas. Libros de texto e ilustrados, en una o varias dimensiones. Libros de lujo y de ediciones de bajo costo. Libros nuevos que huelen casi al petricor y viejos que huelen al uso y al papel amarillento del tiempo. Libros para ser estudiados con la minucia del examen crítico desde áreas específicas del conocimiento y otros para perderse en narrativas románticas, detectivescas, terroríficas, paranormales, de las poéticas… Libros raros, exuberantes e inolvidables que enamoran y sirven para enamorar. Libros intervenidos con subrayados de colores, hojitas y flores, separadores, fichas, notas de preguntas o aclaratorias. Libros colocados para adornar bibliotecas. Libros que atrapan desde la primera línea y otros que aburren. Libros que develan el manto de la ignorancia y de la arrogancia de las superioridades morales para acercar a la idea de que no alcanzaría la vida para leer todo lo que uno quisiera. Libros incunables y de colección. Libros prohibidos, censurados y quemados por los inquisidores de lo hegemónico. El libro de las hojas envenenadas de Umberto Eco. Los libros que le salvaron la vida a Mario Mendoza. El libro aquel de Milán Kundera y ese otro de Gabriel García Márquez. Las listas de libros que recomiendan para simular a un ávido lector. Libros amados que se leerían muchas veces, cada una con una vivencia y emoción más honda. Libros para regalar con una dedicatoria. Libros para llevar en la mochila y que nos nutran en el tedio de las largas esperas burocráticas de los procedimientos del neoliberalismo. Libros para entender a la naturaleza humana y la de los otros seres que nos acompañan. Libros robados, comprados, perdidos, donados y de las bibliotecas públicas. Libros para organizar en las bibliotecas y cuidarlos de la humedad, del exceso de luz, de las polillas que gustan de hacer cartografías simétricas de huequitos en las hojas. Libros para tener en la mesa de noche y que nos liberen del insomnio. Libros para asistir las eternas horas de melancolía y desasosiego.

Bibliografía

García Márquez, Eligio. (2018). Tras las claves de Melquíades. México: Editorial Planeta.

Stoker, Bram. [1897]. Drácula Anotado. Leslie S. Klinger. (2012). Madrid: Akal.

Un comentario en “Día del libro

  1. Muy interesante esta apología al libro, especialmente, en la época de » no cosas» donde el libro ha cedido su lugar histórico al culto de imagenes de información, sin contexto y muchas de ellas desprovistas de contenido. Un libro siempre es, como afirma la autora, una compañía sin importar cómo nos sentimos.

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