Cómo ve el hombre colombiano al movimiento feminista en la actualidad

Por: Francisco Chávez Enríquez
[Estudiante de Diseño Visual – Institución Universitaria Colegio Mayor del Cauca]


Ilustración de Francisco Chávez Enríquez – We Can Do It – spee drawing

Con este ensayo pretendo reconocer las razones que interfieren en los diferentes puntos de vista que tiene el rol femenino en la sociedad. Yo soy un hombre que ha sido criado por una madre soltera y he tenido el privilegio de admirar las capacidades excepcionales de mi madre al encabezar el progreso familiar, ella ha escogido asumir los desafíos que conlleva ser mamá a la par de que luchó por un crecimiento tanto académico como laboral. Para mi, ella es la persona más capaz que conozco, aunque no siempre se lo he reconocido. Sin embargo, es importante para mi empezar hablando de la relación con mi madre, para que se entienda mi punto de vista con respecto al “rol de la mujer”, porque, a estancias de mis circunstancias familiares, siempre he estado rodeado de familias tradicionales compuestas por padre y madre, donde el hombre es cabeza de hogar, por ello durante mi infancia siempre noté como extraños ciertos comportamientos que tenían mis amigos y primos con sus mamás y papás, comportamientos a los que no supe dar razón de porque me causaban incomodidad. Por ello, ahora con mis 28 años planeo dedicarle estudio y reflexión a este ensayo, con el fin de poder nombrar aquello que me ha causado disgusto cuando se habla del feminismo en el ambiente que me muevo.

El feminismo es un movimiento bastante amplio y puede resultar difícil de comprender para el punto de vista masculino, por ello analizaré más de cerca algunas de las situaciones de la vida cotidiana que me generan un punto de reflexión con respecto al rol de la mujer, he de decir que este tema es algo que me ha causado curiosidad por mucho tiempo, por lo que me he nutrido de artículos, videos y blogs de internet con respecto al feminismo, entonces en algunos casos expondré puntos de vista que pueden llegar a parecer de un contexto y cultura distintos al colombiano, sin embargo, mi polo a tierra será un artículo de Lola G. Luna sobre los movimientos de mujeres en Colombia, el cual me servirá de apoyo para argumentar y tratar de comprender el punto de vista de la mujer sobre el feminismo en la historia y en la actualidad.

Entre dudas

Durante el proceso de investigación me he encontrado varias veces con conceptos que no logro comprender del todo, aun buscando su significado en Wikipedia o preguntándole a amigas conocedoras del tema, y uno de estos conceptos surgió de un blog en internet donde citan a Simone de Beauvoir una escritora, profesora y filósofa francesa en lo siguiente, “no se nace mujer, se llega a serlo” (Gamba cita a Beauvoir, 2008), y esto para mí fue algo complicado de entender, cómo es que no se nace mujer? Me pregunté, de ser así, qué somos los humanos al nacer, seres sin género. Luego de buscar respuestas de distintas fuentes me di cuenta de que, este concepto es un debate actual dentro del mismo feminismo, No entraré en detalles porque me parece que es un tema que vale por si solo para otro ensayo, pero en resumidas cuentas, las mujeres trans luchan por ser consideradas mujeres a pesar de haber nacido con genitales masculinos, ellas claramente representan que una mujer se hace, al menos en lo que a mi respecta. Sin embargo, para mi sigue siendo difícil interiorizar o asociar a una vivencia propia, a eso de que un hombre se construya así mismo como una mujer, y no me malinterpreten no estoy en contra de ese pensamiento o afirmación que tienen las mujeres trans, es solo que yo nunca me he encontrado en la posición de que nieguen lo que soy, nunca he tenido que salir a debatir con otros sobre mi hombría. Entonces cómo voy a saber sobre aquello de que las personas se hacen mujeres, y bueno, este es un punto de reflexión al que volveré más adelante en el ensayo.

Descifrando lo cotidiano

Como mencioné en un inicio, voy a desentramar hechos cotidianos con el fin de buscar el significado más profundo sobre los roles de género. Una de las conductas que me parecían extrañas de amigos o familiares hombres en mi niñez, era cuando observaba a alguien de mi edad palmear el trasero de su madre, suena extraño al escribirlo, pero cuando lo presencié parecía una simple muestra de cariño de un niño a su madre, sin embargo, creo que esa costumbre es el efecto de una relación familiar donde la madre obtiene menos respeto de sus hijos que el padre. No se puede negar que en la concepción tradicional de la familia, el padre siempre ha asumido el rol de aquel respetado por ser el proveedor del hogar, y quien se encarga de los asuntos más importantes. En mi búsqueda sobre el feminismo encontré una de las claves que me ayuda a explicar el funcionamiento de dicho núcleo familiar tradicional, considero que es como lo expresa Luna (1985): “La esfera de lo privado, donde transcurre la vida de la mayor parte de las mujeres, donde se establecen las relaciones de poder entre los sexos que dan lugar a la posición de subordinación y de dependencia femenina” y es que, las mencionadas relaciones de poder (aunque Luna se refiera a un contexto político e histórico donde las mujeres luchaban por el derecho al voto) son lo que se oculta muchas veces sobre las muestras de cariño o afecto en el hogar y es así como se normaliza, cuando la mujer acepta estas situaciones como algo natural.

Por supuesto, no pretendo decir que estas conductas normalizadas están hechas con la intención directa de rebajar la posición de la mujer en el hogar, esa es una acusación que dificulta la comprensión del feminismo para nosotros los hombres. Sin embargo, para abordar este asunto primero asumiré la posición de amigos o familiares hombres, o incluso recordaré como solía pensar yo mismo en el pasado, y es cuando feminismo nos confronta juzgando nuestras acciones como el producto de la malicia de los hombres, es donde nos ponemos a la defensiva y es que muchas veces estas acciones vienen cargadas de buenas intenciones. Como ejemplo, quiero reflexionar sobre lo que consideramos como caballeresco, algo como cargar un objeto pesado por una mujer, abrirles las puertas o cederles el puesto en el transporte público, es considerado como el efecto de tener buenos modales, Aún así, algunas mujeres pueden considerar estos gestos como, ser consideradas débiles física o mentalmente. Es entonces donde se genera una relación antagónica entre hombres y mujeres cuando se habla del feminismo.

Conciliación

Esa relación antagónica de los géneros sobre el feminismo parece no tener fin, en las redes sociales se encuentran videos con títulos como “derrocando al patriarcado” o “cuando las feminazis atacan”, Parece que cada lado está dispuesto a refutar aquello que dice su adversario a como de lugar, situación que me dificulta definir mi posición con respecto al feminismo, aunque he de admitir que siento mucha afinidad por los temas que promueve el movimiento, pienso que muchas de las razones por las que luchan son justas y lógicas, es más, he sabido de varias amigas que han sufrido de acoso por parte de los hombres, tema que es común y el cual repudio totalmente. Tema que tiene sus raíces en cómo las mujeres han sido menospreciadas, humilladas y violentadas históricamente. Sin embargo, debo tomar en cuenta la posición del hombre común en la sociedad colombiana, y así tratar de descubrir que es lo que nos impide entendernos mutuamente. De nuevo, el feminismo me brinda una pista para resolver este enigma que me tiene reflexionando, Luna (1985) habla en su artículo sobre como el movimiento liberal puso resistencia a la exigencia de las mujeres sobre el derecho al voto, momento en el que considera que, los liberales supusieron  dichas exigencias como una perdida a los privilegios que tenían por aquel entonces. La clave está, en los privilegios que tienen los hombres en la sociedad colombiana, no es solo que en el núcleo familiar tradicional estén normalizados comportamientos que rebajen a la mujer, es también que estos comportamientos ponen al hombre en una zona de confort, en la que no tiene que asumir la responsabilidad de darle a la mujer una posición de igualdad. Esto está claro, muchos hombres no consideran necesario un cambio en la sociedad actual, es mucho más fácil decir cosas como que las mujeres tienen un espacio y una labor definida en el hogar, que ellas están para ser conquistadas (palabra que he dejado de utilizar desde hace unos años por cosificar a la mujer) y demás comentarios que se escuchan en el diario vivir. Entiendo que el cambio de miedo en la mente de muchos hombres, pero tenemos que entender que el cambio no se dará de la noche a la mañana y el primer paso siempre es la educación, entre más hombres comencemos a replantear la condición de la mujer, entre más de nosotros estemos dispuestos a entender la posición en la que se encuentra la mujer, podremos llegar a un futuro en el que la relación antagónica ya no este en el escenario principal.

We Can Do It – spee drawing –
Pakkuu Enriks


Bibliografía

Gamba, S. (2008). Feminismo: historia y corrientes [Mensaje en un blog]. Mujeres en red el periódico feminista. Recuperado de http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1397

Luna, L. G. (1985). Los movimientos de mujeres: feminismo y feminidad en Colombia (1930-1943). Boletín americanista, 169-190.

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